Doña Juana llegó a desinfectar su papel moneda de 200 pesos y en el proceso hasta el rostro de Sor Juana se borró
Ernesto Granados
Sayula Ver. –
Correos de México está influenciado por la serie la casa de papel y probablemente esté imprimiendo sus propios billetes. O por lo menos no tiene el cuidado de verificar que los billetes que entrega a los usuarios son auténticos.
Empleada de TELECOM/TELEGRAFOS del municipio de Sayula de Alemán, entrega un billete falso a una vecina de la misma Villa que hizo un cobro de mil pesos en efectivo y tras recibir el reclamo de parte de la afectada, la empleada negó haber entregado dicho billete con denominación de 200 pesos.
Doña Juana García como todos los lunes acudió a la oficina de Sepomex en el municipio de Sayula. Fue por unos pesitos que sus familiares le mandan para subsistir mientras pasa esto del encierro obligado por el “maldito bicho”.
Ya sabe, con cubre bocas, guardando “susana distancia”, hizo larga fila hasta que a los empleados federales se les ocurrió atenderla.
Recibió sus pesitos y asì como se los dio la funcionaria pública de mostrador, los guardó en su monedero, porque aparte del Covid en Sayula hay que cuidarse de la delincuencia.
Llegó a su hogar y comenzó el proceso de desinfectar los billetes con agua y cloro. Por un momento pensó que era un milagro lo que estaba presenciando, al ver que le escurrían lágrimas a la imagen de Sor Juana impresa en el papel moneda.
Se hincó y casi le hace una oración pensando que lloraba por nosotros por todo lo que estaba pasando.
Pero le siguió dando a la desinfectada y de pronto, empezaron a caer los ojos con las lágrimas, luego la nariz y así restregada tras restregada empezó a desdibujarse el rostro de la que una vez llamó en sus poemas necios a los hombres.
Y efctivamente, con eso se encontró doña Juana en la oficina de Sepomex, con la necedad, pues la empleada negó, haberle entregado ese billete, que le buscara por otro lado porque ahí no había sido.
Doña Juana bien encorajinada valiéndole la pandemia, se quitó el cubre bocas y denunció los hechos al reportero para que los hiciera públicos y otros usuarios no cayeran en la trampa de esa oficina federal.
¿A la Fiscalía a denunciar? Para qué, dijo, de entrada me van a pedir para las copias y ahí hasta un “Diego Rivera” le va a costar; mejor ahí la dejó.