Adultos mayores han convertido sus pasatiempos en emprendimientos que les han dejado ingresos extra y los vuelven activos.
Un ejemplo de esto es el señor Francisco Terrón, quien a la par de sus actividades como docente, por muchos años también realizó la siembra del maíz, por lo que al jubilarse decidió darle otro giro económico a sus plantaciones, convirtiéndola en un producto que fuera consumible para todos, pero que al mismo tiempo no fuera dañino para la salud, por lo que decidió tostar el producto de la siembra y convertirlo en café.
Dijo que en un principio lo probó el mismo, confirmando que tenía el mismo sabor que el café normal, pero no dañaba los nervios ni el estómago, por lo que poco a poco se fue posicionando el producto, hasta que logró que más gente la consumiera y así comenzara su emprendimiento, por lo que procedió a hacerlo formal, sin que el producto perdiera su imagen original y la finalidad principal de ayudar a la salud de los demás.
“Lo hacemos lo más puro posible para que no afecte en la salud de quien lo consuma”, expresó el señor Francisco, señalando que para la creación del mismo se requiere por lo menos tres meses para la cosecha del maíz, indicando que como él, hay más productores, pero a él lo que le ha ayudado a mejorar su producto y hacer crecer su emprendimiento son los espacios que se les han brindado a los emprendedores con los que ha sabido acoplarse, pues la mayoría de ellas son mujeres.
Día a día don Paco busca innovar en el producto, mejorando la calidad del mismo, así como también en su imagen, lo que hasta ahora le ha valido que se le aperaren los espacios cada vez más en otros municipios, siendo apoyado por su familia.
Fátima Franco Álvarez/Acayucan, Veracruz