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Proyecto europeo diseña 36 arrecifes artificiales; han sumergido nueve

La Universidad de Cantabria, en España, fabricó con una impresora 3D, 36 arrecifes artificiales que están siendo colocados en fondos marinos de la bahía de Santander y de otras tres localizaciones en ciudades de Francia, Reino Unido y Portugal.

 

Hace cuatro días un equipo de buzos colocó nueve de esas piezas llevadas desde el muelle de Pedreña a un punto ubicado entre las islas de la Torre y Horadada, frente a La Magdalena, bajo la supervisión de la investigadora Elena Blanco, del grupo de Tecnología de la Construcción.

Este equipo de la Escuela de Caminos participa junto a los de instituciones de los citados países europeos en el proyecto 3DPARE, cuyo objetivo es estudiar cómo esos arrecifes pueden servir para recuperar la biodiversidad en ecosistemas marinos degradados, como los entornos portuarios.

“Vamos a observar cómo influyen los distintos materiales y diseños de las piezas en la variabilidad de las especies que van a aparecer”, explicó Elena Blanco.

En una primera fase del proyecto, los investigadores estudiaron los materiales más adecuados en cuanto a resistencia y facilidad de impresión, analizando las características de más de 150 muestras y seleccionando las seis mejores, que fueron probadas sumergiéndolas en Puerto Chico.

De esos materiales se seleccionaron dos para fabricar los arrecifes, bajo criterios como la resistencia a medio plazo, el coste, el impacto ambiental y la biomasa adherida. La impresión de las 36 piezas comenzó a finales de octubre de 2019 y finalizó a mediados de febrero de 2020. Cada pieza llevaba un día de trabajo con la impresora 3D y pesa una tonelada.

En cada localización se han situado ocho arrecifes de dos tipos de materiales y cuatro formas diferentes (cúbica o aleatoria, emulando una roca natural, y con protuberancias externas grandes o pequeñas), además de una pieza de control con dos acabados diferentes (liso y rugoso).

Los diseños se han definido teniendo en cuenta el conocimiento biológico en cuanto a tamaños de los huecos para que entren determinado tipo de peces, biorreceptividad o adherencia de algas.

Una vez concluya la colocación de los arrecifes, los investigadores de 3DPARE monitorizarán y seguirán su evolución durante los próximos dos años, tomando muestras y observando el crecimiento, atracción de fauna y flora, entre otros aspectos. Buscan estudiar cuáles son los materiales y formas más idóneos para regenerar vida marina.

El proyecto 3DPARE arrancó en marzo de 2018 y cuenta con un presupuesto de 1.9 millones de euros; está financiado a través del programa Interreg Atlantic Area, que promueve la cooperación entre 37 regiones del arco Atlántico para impulsar acciones de innovación y competitividad, eficiencia de recursos, gestión de riegos territoriales, biodiversidad y bienes naturales y culturales.

 

Fuente y foto: Notimex/eap

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