AGENCIAS.- El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar anunciado ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador ya ha sido respaldado por 47 naciones, además de que ha despertado el interés de otras más, así como de organizaciones regionales, aseguró el canciller Marcelo Ebrard.
En conferencia en Palacio Nacional, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), destacó que los casi 50 Estados que apoyaron la propuesta se inscribieron para participar en una primera ronda para la elaboración de este proyecto que busca atender a los 750 millones de pobres en el mundo.
Hay un gran intereses en estas horas de ese pronunciamiento, numerosas organizaciones regionales y países han contactado con nuestras representaciones diplomáticas para participar en el plan que el presidente propuso y que tiene como propósito el que las 750 millones de personas, de todo el mundo, que están olvidadas, que ni siquiera son un tema más que de referencia, reciban el apoyo de la comunidad internacional, que salgamos de esa especie de cinismo de suponer siempre que debe ser así y que no se puede cambiar, hablar de otros temas y no tocar este asunto”, mencionó.
Ebrard Casaubon coincidió con López Obrador en que la atención de los más desfavorecidos en el mundo debe ser un objetivo prioritario para la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, presentado ayer por López Obrador ante el Consejo de Seguridad de la ONU, garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que sobreviven con menos de 2 dólares diarios.
El canciller explicó que los recursos para este fondo pueden proceder de las siguientes tres fuentes:
- Contribución voluntaria anual de 4 por ciento de las fortunas de las mil personas más ricas del planeta
- Contribución voluntaria anual de 4 por ciento de las mil corporaciones más importantes
- Contribución del 0.2 por ciento del PIB de cada país integrante del G20
Informó que de concretarse este fondo, se podrían obtener cerca de 1 billón de dólares, dinero que se partiría no a los Estados, sino directamente a quienes necesitan del apoyo.
“No se trata de asignar recursos a los gobiernos, sino a las personas. Se tiene la capacidad istalada, hay diversas instituciones que pueden llevar a cabo esto, quien diga que no se puede está mintiendo”, sostuvo, pues ayer el presidente indicó que podrían el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional podrían colaborar en la creación de la estructura requerida para la repartición de los recursos.
Ebrard Casaubon detalló que la cancillería trabajará con representantes diplomáticos de diversas naciones, así como con organismos, para integrar el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar para presentar éste a la brevedad a la Asamblea General de la ONU y que, de aprobarse, se pueda ejecutar en 2022.
Lo que se ve es una reacción de mucho interés, de una apelación ética de todos los países, fundamental de no seguir permitiendo o pensando que esa es la normalidad, porque si llegamos a eso se llama cinismo, desigualdad y desesperanza.
“Pensamos que vamos a tener mucha participación y que México estará en una posición relevante para lograr este objetivo”, afirmó.