Normalizar algunas conductas agresivas, lleva a las víctimas a aceptar todo tipo de violencia.
Griselda López, quien es trabajadora social sostuvo que en las zonas rurales de la región se dan muchos casos de normalización de conductas agresivas entre las familias, tomándole poca importancia, al grado de verlas como un juego, evitando así que se pida ayuda aunque estás vayan subiendo de nivel en cuanto a la agresividad y el daño que ocasionan.
Sostuvo que estos casos son más visibles en zonas rurales y se da frecuentemente contra mujeres y niñas, quienes debido al miedo que ejercen sobre ellas, así también a la poca información con la que cuentan, la mayoría de niega a acudir a las autoridades para denunciar a su agresor
«Lo normalizaron tanto que en ocasiones el marido les da una cachetada, un golpe, una agresión física y a ellas les da risa, desafortunadamente lo están normalizando tanto que actúan ya cuando se ven amputadas, hospitalizadas o con un daño más grande», explicó Griselda López, señalando que otra de las cosas que no les permiten a las víctimas salir de ese círculo vicioso es que el agresor es el principal promovedor de alimentos y de sustento para ellas, llensndose de miedo al no saber cómo podrían sobrevivir ante el abandono.
La también integrante del Instituto Veracruzano de la Mujer, mencionó que es en las zonas rurales donde se marcan más los roles desde la.niñez, permitiendo conductas machistas desde edades tempranas, tanto en los niños ejercerlas, como en las mujeres aceptarlas, por lo que dijo, es desde casa que se tienen que eliminar las conductas sexistas que se dan muchas veces desde que se sabe el género del bebé durante el embarazo, con acciones tan simples como el color de la ropa, lo que dijo, va aumentando durante el desarrollo de los pequeños.
Fátima Franco Álvarez./Acayucan, Ver.