Región

¡Difícil dar clases en comunidades!

Las condiciones en que se encuentran las escuelas de la zona rural, así como el entorno social, obliga a los maestros a modificar los aprendizajes en los cursos de capacitación para poder aplicar las actividades entre el alumnado.

Después de que se regresará a clases presenciales, tras la contingencia por el Covid 19, se hicieron más visibles las deficiencias de muchas escuelas, en su mayoría de las zonas rurales, mantenían, las cuales aún  después de la pandemia, dichas escuelas continúan padeciendo lo mismo, mientras los maestros han adaptado las circunstancias para impartir sus clases y que los niños no se queden sin los aprendizajes.

La maestra Lourdes Hernández Cruz, quien imparte clases de primaria en la comunidad del Hato, que se encuentra en el municipio de Acayucan, indicó que en ocasiones, ellas han tenido que adaptarse a circunstancias sociales de la comunidad, o incluso a las de cada hogar de los niños que asisten, para solicitar algún material, pues a veces la escuela tampoco alcanza a cubrir algunos.

«A veces por más que uno quiera implementar algo nuevo siempre va a haber diferencias por los recursos, porque hasta para pedir un material a los alumnos se tiene que checar qué día le pagan a los papás, o hasta las actividades de la comunidad para ponerles alguna actividad «, expresó la maestra, indicando que es principalmente esto lo que hace la diferencia con las escuelas de zonas urbanas, en cuanto a la aplicación de las actividades de la Nueva Escuela Mexicana.

Por ello, precio a qué culminara el año, los docentes de dicha escuela tomaron un curso sobre inclusión cultural y social dentro de las escuelas, donde, de manera previa a los cursos de las semanas pasadas, ellos aprendieron cómo aplicar actividades en base a lo que pueden encontrar dentro de la comunidad, como lo pueden ser el los oficios que desarrollan los habitantes, o hasta un espacio natural que haya en la misma.

Mencionó también que otra de las dificultades para avanzar con la aplicación de las actividades es la infraestructura de la escuela, pues es muy común que dentro de las  zonas rurales, las escuelas no cuenten con los servicios básicos, como el agua y la luz, lo que en el caso de la escuela del Hato, los docentes han tenido que ir resolviendo y sustituyendo poco a poco, a fin de no cortar el aprendizaje de los niños.

Fátima Franco/Acayucan, Ver.
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