Refrescan la memoria a la Magistrada Presidenta Sofía Martínez Huerta
A la magistrada presidenta del Poder Judicial del Estado Sofía Martínez Huerta, se le olvidaron las clases elementales de Derecho Constitucional.
Vaya, cualquier escolapio de la facultad, sabe del control de los poderes para evitar abusos que ataquen los derechos ciudadanos o causen daño al erario público, escudados en la mal entendida autonomía.
Pero la soberbia y la ambición – y las malas compañías – nublaron la razón y causaron amnesia a quien por juramento está obligada a ser garante de que en Veracruz se respeten las leyes.
Pero si olvidar lo aprendido en las aulas – se supone que pasó por ahí – es imperdonable, la Ingratitud y deslealtad política que demostró a unos meses de haberse sacado el premio mayor sin haber comprado boleto, no tiene perdón de Dios.
El peso del Mazo ejercido por el Consejo de la Judicatura para llamar al orden, volvió a ubicar en la realidad – por el bien de Veracruz esperemos que así sea – a la Magistrada Presidenta, quien ya debió haber entendido que el Poder Judicial no es una patente de corzo, sino que es un órgano con historia, enaltecido por quienes lo han presidido, pero además por hombres y mujeres estudiosos del derecho que lo han fortalecido.
Nunca en su historia había evidenciado un desaseo como el que a unos meses de tomar posesión, ha propiciado e impulsado en su beneficio, la propia togado.
Haber impuesto como Secretaria de Acuerdos del Consejo de la Judicatura, a su nuera Mayra Angélica Martínez Juárez, habla de un desconocimiento total de las leyes, pero además de una carencia grave de sentido común o peor aún, un desprecio hacia los otros poderes, a la Constitución del Estado y por ende a sus ciudadanos.
La cereza en el pastel fue el nombramiento de sus «cuates» y «cuatas» en puestos claves desde donde controlaba el presupuesto, que tampoco es de ella, sino de los veracruzanos que en su momento exigirán cuentas claras.
Ya supo ahora Sofía Martínez Huerta que los otros poderes que la impulsaron, también tienen la obligación constitucional de vigilar su buen actuar y evitar los excesos que venía cometiendo.
El Ejecutivo representado por el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el Legislativo operado por Juan Javier Gómez Cazarín, Presidente de la Junta de Coordinación Política, asumieron con responsabilidad la encomienda que el pueblo les confirió.
Ya en la formalidad jurídica, después del acertado cabildeo de Gómez Cazarín, el Consejo de la Judicatura removió a los incondicionales de la Magistrada Presidenta, cuyos oscuros intereses van más allá de los tres años para los que fue ungida.
Que sepa pues Sofía Martínez que está en la mira del Poder Ejecutivo y Legislativo; fue una primera llamada pública muy dolorosa.
Es imperativo que se ponga a trabajar y de resultados; le dejaron la vara muy alta y hasta el momento lo único que le ha dado a quien le brindó la confianza, han sido dolores de cabeza.
No vaya a ser que aprovechando la pandemia y el que se encuentre entre los grupos más vulnerables, le digan un quedate en casa…definitivo.