La creciente tensión entre Rusia y Ucrania ya está teniendo consecuencias económicas a nivel mundial.
AGENCIAS.- Este martes, el precio del petróleo alcanzó su valor máximo en siete años por temor a que la crisis interrumpa el suministro global. El barril del Brent, un referente internacional, llegó a los US$99,38.
El alza se debe, entre otros motivos, a las sanciones que Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea le están imponiendo a Rusia y que podría afectar el suministro de crudo proveniente de este país.
Rusia es un actor clave en la producción de petróleo: es el segundo mayor exportador después de Arabia Saudita.
«Rusia distribuye 1 de cada 10 barriles de petróleo consumidos a nivel mundial (…). Realmente puede perjudicar a los consumidores en las gasolineras», le explica a la BBC Maike Currie, directora de inversiones de Fidelity International y columnista del Finantial Times.
Los productores de petróleo
El incremento del precio del petróleo amenaza con aumentar aún más el «frenazo económico» que se está viviendo en buena parte del mundo tras la pandemia.
Y América Latina no es la excepción: varios países de la región ya están viendo serios impactos en sus perspectivas de crecimiento y un aumento de la inflación.
«Un mayor precio en el petróleo va a tener implicancias tanto del lado de la oferta como de la demanda. Existen envíos muy limitados de crudo ruso a la región latinoamericana, pero evidentemente cualquier disrupción en la oferta global tiene impacto en el resto de los crudos», le explica a BBC Mundo Ixchel Castro, gerente para Latinoamérica de Petróleos y Mercados de Refinación de la consultora Wood-Mackenzie.
Pero ¿qué pasa con los países que son productores de petróleo?
Que el precio del petróleo suba, no es necesariamente una buena noticia para todos los productores de crudo de América Latina.
Brasil y México son los principales productores en el continente, mientras Venezuela, Ecuador, Colombia y Argentina también producen, aunque en menor medida.
«Para ellos, es bueno que el precio suba pero en realidad no lo es tanto», le dice a BBC Mundo Fernando Valle, analista senior de petróleo y gas de Bloomberg Intelligence en Nueva York.
«Porque aunque no es positivo tener un precio muy bajo, cuando asciende por arriba de los US$80 el barril es un problema muy grande por la inflación de precios para el consumidor».
«Por más que empresas estatales como Petrobras (Brasil) o Pemex (México) tengan más dinero, no es suficiente para poder reducir el impacto hacia el consumidor. Y para los gobiernos es muy importante que no suban tanto los precios», agrega.